Para aquellos que no conozcan la historia de Michael Vick, se la resumiré en unas líneas, antes de entrar a tratar el tema q propongo hoy.
Michael Vick fue el quarterback de los Atlanta Falcons desde 2001 hasta 2008. Con los Falcons se convirtió en un icono de la NFL y en el por aquel entonces mejor pagado de la liga. Sus habilidades como quarterback elusivo, más que como pasador, le llevaron a correr por más de 1000 yardas en 2006, record vigente a día de hoy, y a poner a los Falcons en playoffs en dos ocasiones, llegando en 2004 incluso al campeonato de la NFC, perdiendo con los Eagles.
Pero en 2007 en una investigación federal de un caso de maltrato animal en el estado de Virginia, relacionado con peleas de perros y apuestas ilegales, salió a la palestra el nombre de Michael Vick ya que una de las propiedades que estaba siendo investigada como posible lugar donde se celebraban esas atrocidades, era suya. Vick dijo que era una propiedad que había alquilado a un amigo, sin tener constancia de a que la iba a destinar, pero tras unos días toda la verdad salió a la luz. Una verdad que incluía a Michael Vick promoviendo estas peleas y siendo participe de las atrocidades cometidas a los perros. Meses después Vick sería condenado por una corte judicial, y condenado a cumplir condena en una prisión federal, siendo obviamente suspendido indefinidamente por la NFL.
2 años después, tras cumplir su condena, y verse desligado de los Falcons para siempre, un Michael Vick en bancarrota financiera será reinstituido condicionalmente en la NFL. Las condiciones exactamente son que no podrá jugar durante los primeros 6 partidos de la temporada pero si podrá formar parte de la plantilla de un equipo y entrenar desde ya mismo.
Commissioner Goodell reinstates ex-Falcons QB Vick on conditional basis
No entrare a valorar la decisión de Roger Godell, el comisionado de la NFL, de aceptar de nuevo a Vick en la liga pues, aunque este es quizás el caso más espinoso de un jugador cometiendo un delito desde el presunto homicidio de un hombre a manos de Ray Lewis hace ya casi 10 años (del que Lewis salió misteriosamente exculpado), sí en el pasado se sanciono con dureza a otros jugadores como Pacman Jones o Chris Henry y luego fueron reinstituidos con mayor o menor fortuna, quizás (“quizás”) aquí también haya que hacerlo.

Lo que aquí quiero decir es, ¿qué equipo está dispuesto a ver su afluencia de público a los partidos disminuida por el hecho de que forme parte de la plantilla un jugador que levanta tanto oído en mucha gente?
No hace falta que formes parte de PETA, simplemente con tener un animal en casa ya te repugna lo que este hombre llegó a hacer, y no hablamos de comprar o no su camiseta, hablamos simplemente de apoyar deportivamente a alguien así.
A los ojos del gran público, no influye mucho que Tony Dungy, el recientemente retirado entrenador de los Indianapolis Colts y los Tampa Bay Buccaneers, quizás el mejor entrenador de los últimos 15 años, y “Madre Teresa de Calcutta de la NFL”, haya tomado a Vick bajo su tutela para transformarlo en un chico bueno e impedir que se le vuelva a ir la cabeza. Para el publico esta situación es grave, no es como cuando se metía en líos menores como cuando le pillaron por posesión de marihuana, o cuando hacia hasta gracia que una mujer de Atlanta le demandase porque le pego herpes (y se paseba apor las clinicas bajo el tronchante seudonimo de Ron Mexico), estamos hablando de uno de los temas que más sensibiliza al público, el maltrato animal.

Y no es solo lo que opine el público. Las franquicias tienen sus grupos inversores, y en casos como el de los Oakland Raiders, algunos de sus miembros tienen estrecha relación con grupos de protección animal, o sus equipos juegan en zonas con alta participación en estos movimientos, como la costa oeste, el noreste o el sur de Florida. Dichos equipos no podrían albergar en su plantilla a alguien como Vick.
Y además, en una NFL en la que entrar dentro de los 53 jugadores que forman la plantilla activa a principio de temporada es tan complicado, un jugador que no puede disputar los 6 primeros partidos, casi la mitad de la temporada, no tiene cabida. Así que su destino es esperar. Esperar que las lesiones dejen en mala situación la plantilla de quarterbacks de algún equipo que no vea más remedio que tomar uno de los mayores riesgos que puede tomar un equipo hoy en día, fichar a Michael Vick.