No sabía a quién conceder el premio de esta semana, pero luego me dije “¿Cuántas más veces a lo largo de la temporada vas a poder darle el premio al mismísimo Tom Terrific?”. Así que haya va el premio, para Tom Brady el archiconocido quarterback de los New England Patriots.
Su actuación ayudo a que uno Patriots que no lograron un solo touchdown, perdiesen 9-16 ante los New York Jets. La superestrella se vio anulada, intercepción incluida. Pero la defensa tenía truco, y es que se sabían muy bien los movimientos del ataque de los Pats. Aparte de la situación en la que se encontraba el partido de calentamiento previo, ya que el entrenador de los Jets, Rex Ryan lleva lanzando piedras a los Patriots y a Bill Belichick, su entrenador. Pero eso no ha influido en los Patriots, pero lo otro si lo ha hecho. Algo que por muy bueno que sea Tom Brady, Randy Moss y los demás, anulo a los de Massachusetts.
La semana previa al partido, Kevin O’Connell, quien participo en toda la pretemporada con los Patriots antes de ser cortado de la plantilla al comenzar la temporada, fue contratado por los Jets, con una misión clara, y secreta a voces, chivarse. Chivarse del ataque de los Patriots, de sus formaciones, jugadas y trucos. En especial de que significaban las ordenes que canta Tom Brady desde detrás del center. Es más, se le nombro capitán para el partido sin ni siquiera vestirse de jugador para el partido. Tras pasar toda la semana con la defensa, esto surgió efecto y anularon a los Patriots por completo.
Más allá de que estas tácticas sean cuestionables, son totalmente legales, si bien puntuales y caras. Pero a Rex Ryan le da alas para abrir esa bocaza y fardar de victoria. No soy fan de Belichick, que me parece un frio carbón, pero le prefiero a Ryan que me parece un bocazas. Tampoco me cae bien Brady, pero aquí y hoy le apoyo para que no cargue con las culpas. Pero vamos, eso es fácil de hacer si en casa te espera Giselle Bundchen.