27 febrero 2010
¿Que son el Combine y las Franchise Tags?
23 febrero 2010
El adios de L.T. y los San Diego Chargers
Era la noticia que todos sabíamos, que todos esperábamos, y que aun así a todos nos ha pillado de improvisto y a todos nos ha acabado por impactar. Desde enero había habido tiempo para ir asimilándolo, pero ahora que es oficial cuesta imaginarse a L.T. en otro uniforme.
L.T. cumplió 30 años en 2009, poco antes de que los Chargers reestructuraran su contrato para poder costearse los nuevos contratos de Phillip Rivers entre otros talentos del equipo que se acercaban a la finalización de sus contratos. L.T. acepto la reducción de sueldo, lo que le permitió seguir en el equipo en un tiempo en el que ya se hablaba de su baja productividad. Lo cierto es que la productividad no era baja, sino que era menor a la que acostumbraba a mostrar. Pero en aquella temporada del 2008 donde los Chargers se encontraban a menudo debajo en el marcador a primeras de cambio, imperaba el ganar yardas por los aires, y Phillip Rivers estaba en un estado de forma increíble, como también haría este año. Esa era la explicación que se daba para que explicar porque L.T. apenas había logrado superar la barrera de las 1000 yardas de carrera. Pero sus más de 10 TDs hablaban de que aun tenía el olfato de los grandes jugadores de cara a la goal line.
Llego 2009 y L.T. negaba que su era hubiese acabado, y decía que como Emmith Smith el jugaría a buen nivel entrada la trentena. Y comenzó la temporada con una lesión en el pie que le haría perderse partidos. El año fue muy mediocre, sin superar la barrera de las 100 yardas en ningún partido. Si bien siguió anotando TDs, colocándose segundo tras Smith en la lista histórica de TDs de carrera, y tercero detrás de Smith y Jerry Rice en la lista de TDs totales. Pero el año acabo con el máximo exponente de la inefectividad de crear yardas, siendo anulado por completo por los New York Jets en casa y en playoffs. El publico llego a abuchear las decisiones de Norv Turner de dar el balón a L.T., seguramente por primera vez en la historia.
La edad pasa factura a todo el mundo, pero la posición de RB es en la que más se acentúa esto, no solo por el desgaste habitual del atleta, además por la plétora de RBs jóvenes que llegan desde las universidades todos los años, y que pueden ser efectivos inmediatamente en los equipos, saltándose la curva de aprendizaje que existe en otras posiciones y beneficiándose de su tremenda forma fisica. Y la sensación en San Diego con todos los respetos para la figura de L.T. era que su presencia en el campo estrangulaba la creatividad del equipo en el juego de carrera. Y digo con todos los respetos, porque son los que hay que tener a alguien como él.
En esta NFL de hoy en día no hay cabida a sentimentalismos de un jugador hacia un equipo, todos conocemos casos de cambios de colores y críticas a un equipo por dólares de menos o de más. Normalmente de menos. Pero si tanto ha costado despedirse de L.T. es por algo. Si ha llevado una temporada entera darse cuenta que L.T. ya no era el de siempre en el campo, era porque era algo que nadie quería tener que acabar viendo.
La historia de L.T. comienza en 2001, cuando procedente de la universidad de Texas Christian entro en el Draft. Los Chargers se plantaban en el Draft con el #1 pick, resultado de una nefasta temporada anterior, con una sola victoria frente a 15 derrotas. Los Chargers buscaban un revulsivo que hiciese olvidar al infame Ryan Leaf. Pero el considerado mejor jugador del Draft era Michael Vick, en quien no confiaban para poder manejar el equipo. Así que cambiaron el pick con los Atlanta Falcons a cambio del #5 pick y otros picks posteriores. Los Chargers eligieron a L.T., en el mismo Draft que a Drew Brees por cierto, y comenzó la historia.
Los líderes del vestuario, por entonces Richard Seymour y Junior Seau, acogieron a L.T., una persona calmada y amigable, cosa que no todos los jóvenes que llegan desde el college muestran, en un deporte donde los fanfarrones a veces hacen de todo un show pedante. Si bien en todo el año los Chargers solo consiguieron 5 victorias, L.T. demostró desde el primer partido que era especial, ya que en su debut corrió por más de 100 yardas con 2 TDs, acabando el año con más de 1000 y 10 TDs e inexplicablemente perdiendo en la votación del premio al offensive rookie of the year ante el entonces RB de los Bears, Anthony Thomas, que lleva ya tres años retirado.
En las dos siguientes temporadas correría por 1600 yardas en ambas, y sumando 400 y 700 yardas de recepción también. Acumulo 32 TDs en 2 años, aunque el equipo seguía dependiendo casi por completo de el, siendo un mal equipo en ataque, y con una defensa al borde de la jubilación. Y llego A.J. Smith con un plan para el Draft del 2003, y los Chargers se convirtieron un equipo de verdad. Esto no hizo más que ayudar a L.T. que siguió logrando TDs. pero el recital llego en 2006.
L.T. consiguió esa temporada en 14 victorias, 28 TDs de carrera, record absoluto en la NFL, y sumando 3 de recepción dan 31 TDs totales, otro record absoluto. Durante todo el año se dedico a asombrar al mundo, sumando varios partidos con 4 TDs de carrera y más de 200 yardas. El momento en que vatio el record, por entonces en posesión de Shaun Alexander, otro RB que sufrió la crisis de los 30, pasara a la historia como uno de los grandes momentos de la historia de los Chargers y de la NFL. L.T. consiguió el MVP por votación unánime, pero no pudo rematar tras la derrota en playoff ante los Patriots.
Pero L.T. en todos los años que ha residido en San Diego se ha convertido en un icono de la ciudad, y lleva varios proyectos en la ciudad, al igual que en su West Texas natal, lo que le valió para ganar el Walter Payton Award en 2006 junto a Drew Brees, con quien también combino proyectos de ayuda a niños de familias desfavorecidas cuando este jugaba en San Diego. L.T. es un líder dentro y fuera del campo, un jugador y una persona ejemplar.
Ahora que se abre la offseason para él, es ese su baluarte para encontrar un sitio donde seguir jugando, si bien sus días de partidos de superclase parecen acabados, será un líder automático en el vestuario que le acoja, y eso en un equipo joven con talento en potencia puede ser un arma más potente que la que pueda ser sobre el césped. Sea donde sea que recale, todos los fans de los Chargers y todo San Diego le desearan lo mejor, le desearemos lo mejor. Porque las memorias son eternas, incluso más que las estadísticas, y la memoria dice que este hombre ayudo a construir un equipo, una organización, una afición.
Hasta siempre, LaDainian.