Desde inicio de temporada llevo viendo a equipos a los
cuales se les escapan partidos inexplicablemente. Siempre puede haber
remontadas, siempre las ha habido, pero algunos equipos de repente desconectan
y ven como les arrollan. Los Dolphins
esta semana ganaban de 15 y acabaron 18-15 en la prorroga ante los Broncos, sin una actuación memorable de
Tim Tebow por mucho que se empeñe la
prensa. Pero como sabéis soy simpatizante de los Chargers, y es a ellos a quienes me refiero. Con una dosis de bilis
extra, este es el resumen de la week 7
en “no disparen al quarterback”.
Los Chargers
ganaban de 11 la ultima vez q
marcaron en todo el partido, que fue al finalizar la primera mitad. 2 turnovers que forzaron al presionar a Mark Sanchez son la misma cantidad que
concedió Phillip Rivers en el último
cuarto, el primero de ellos en un potencial drive
para matar el partido. En lugar de eso los Jets
acabaron ganando 21-27 en un partido
que si le quitas el primer cuarto fue sobrio y ordenado, lo necesario para
ganar.
Se podría culpa a Norv
Turner, pero creo que esta vez las jugadas cantadas dieron balance al
ataque, o se podría culpar a los árbitros que llevan dos partidos beneficiando
a los Jets. Pero si hay dos nombres
a culpar son Phillip Rivers, que no jugaba
tan mal desde su primer año de titular, y el CB Antoine Cason, que
concedió 3 TDs a Plaxico Burress antes de ir al banquillo. Marcus Gilchrist está ya listo para suplir a Cason, pero lo de Rivers
no tiene otra solución que no sea Rivers.
No sirve de mucho consuelo que el eterno rival se vea con
muchos problemas. Todas las paginas que se rellenaron con lo de Carson Palmer, y me incluyo aquí porque
vi con buenos ojos el movimiento, nos encontramos con la dura realidad. Carson Palmer no estaba preparado tras
llevar mucho tiempo inactivo. Kyle
Boller, que fue titular, lanzo 3 INTs
y la gente de Oakland pidió a gritos
a su nuevo QB cuando ya perdían de 14. Palmer
entro y lanzo otras 3 INTs, para
acabar el partido 28-0 a favor de
unos Chiefs que se encontraron un
dulce inesperado. Eso sí, nada se puede juzgar aun.
Domingo feliz para los equipos de Texas. Los Cowboys
ganaron 7-34 a los Rams y los Texans 41-7 a los Titans y a domicilio. En ambos casos un
RB es el culpable de tan abultado marcador.
Arian Foster no es nada nuevo, pero
siempre ha tenido una aureola de hombre tapado, y cada vez que vuelve de una de
sus numerosas pequeñas lesiones siempre impresiona tanto como el primer día. 234 yardas
totales y 3 TDs, el primer receptor y
corredor del día. Los Cowboys
también vienen teniendo muchas lesiones en sus RBs, así que de la nada salió un rookie, DeMarco Murray
con 253 yardas. Decir Tony Dorsett o Emmit Smith es tener que reverenciar, pero ninguno de los dos RBs legendarios logro tantas yardas para
los Cowboys.
Otro debut esperanzador ocurrió en Minnesotta, pese a la derrota 33-27
ante los aun invictos Packers. Aaron Rodgers estuvo casi perfecto con más
de 300 yardas, 3 TDs y solo 6 pases
incompletos, pero fue el primero en felicitar al rookie QB Chris Ponder. No son los números, con 219 yardas, 2 TDs y 2 INTs, es la sensación
que dejo de seguridad y de tener un potencial tremendo.
Para cerrar esta semana nada hay mejor que un marcador, el
marcador quizás del año. 7-62 Saints sobre Colts en MNF. Hasta el
jueves a todos.
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