Comienzan este sábado las college bowls, y esa locura que según se acerca el año nuevo va en
incremento. Este año hay 35 bowls, y
como ya dije en twitter al leer el
otro día el artículo de TMQ en ESPN, deberían de eliminarse bowls. Este año hay un par de ellas que
enfrentan a equipos con records de 6-6
en la temporada regular. Si eliminásemos de la contención a equipos que tienen
un record de 0.500, pasaríamos de 35 a 29
bowls. Ese es un número más razonable, y podría perfectamente reducirse
más, a un número entre 20 y 25.
Iré por orden cronológico destacando las bowls que mejor pinta tienen. Y este
mismo sábado tenemos la Idaho Potato Bowl entre Ohio y Utah State. Ohio estuvo
a punto de ganar su conferencia, la MAC,
pero una segunda mitad nefasta ante Northern
Illinois les privo de ello. Pero si juegan como en la primera mitad de aquel
día si deberían de contribuir a un buen espectáculo en una de las dos bowls que se juegan en clima frio al
aire libre. Saltamos al miércoles 21
para ver la Poinsettia Bowl, que
enfrenta a un equipo fuerte contra un campeón de una conferencia menor. TCU Se enfrenta a Louissiana Tech, campeón de la WAC,
en lo que parece un premio de consolación a TCU
que confiaba en volver a una BCS otro
año más, pero que ha sumado dos derrotas este año.
El día de nochebuena
tenemos como de costumbre la Hawaii Bowl,
por aquello de las navidades paradisiacas. Nevada
contra Southern Miss, el equipo que
chafo la temporada perfecta de Houston,
le arrebato el campeonato de la C-USA
y le privo de jugar una BCS. Son algo
así como los aguafiestas de la nación, pero además juegan bien. Otro salto
hasta el jueves 29, con dos partidos y ambos potentes. La Champs Sport Bowl enfrenta a Florida
State y Notre Dame. No ha sido
un buen año para ninguno, pero son dos equipos de tradición y estos partidos
les motivan mucho. Al acabar esta vendrá la Alamo Bowl entre Wasington
y Baylor, con la presencia del Hesiman de este año, Robert Griffin III. Si este juega como
ha demostrado en el último mes o dos meses, Washington será mera comparsa.
Este año al ser domingo el día de año nuevo no habrá college si no NFL. Los partidos clásicos se pasan al lunes 2, con la Rose Bowl
y la Fiesta Bowl. Pero este año la Outback Bowl es de tan buen nivel como
estas, y forma un triple-header de
infarto. Primero Michigan State y Georgia en la Outback Bowl, con lo subcampeones de Big Ten y SEC. Michigan State estuvo a punto de ganar su
campeonato y busca redimirse en un duelo clásico de ataque contra defensa.
Luego en la Rose Bowl, Wisconsin y Oregon en un duelo de RBs, Montee
Ball y LaMichael James.
Y la Fiesta Bowl,
el partido más vistoso del año. Oklahoma State pondrá ante Standford todo el football de ataque que se les negó exhibir en el BCS Championship a favor de Alabama. Están tan picados que aquello
puede ser un polvorín, ante una Standford
que también mira más por el ataque que por la defensa. El presumible último
partido de Andrew Luck antes del #1 pick
del Draft y la llegada a los Colts.
El martes 3 y el miércoles 4 se juegan las BCS Bowls de la polémica. En la Sugar Bowl se enfrentan Michigan y Virginia Tech, elegidos por la organización a pesar de no haber
ganado sus conferencias. Y la Orange
Bowl debido a las obligaciones con Big
East y ACC enfrentara a Clemson y West Virginia, a pesar de que no han sido equipos de primer nivel
este año. Pero podemos compensar esto el viernes
6 y el domingo 8. La Cotton Bowl enfrenta a los 2 grandes perjudicados por las
bowls anteriormente citadas, Boise State aparte. Kansas State y Arkansas tendrán otro duelo de ataque contra defensa. Kansas State
fue mejorando a lo largo del año, y debe llegar con más confianza. Y la GoDaddy.com Bowl contara con los
campeones de MAC y Sun Belt, Northern Illinois y Arkansas
State. Estos duelos de campeón vs. campeón siempre tienen más que ofrecer. Ademas a Arkansas State la entrena Hugh Freeze, retratado el libro y película The Blind Side, pues fue entrenador de Michael Oher en el instituto. Freeze dará un salto el año que viene e ira a Ole Miss.
Campeón vs. campeón no es lo que tendrá este año el BCS Championship, pro todo lo que ya sabéis.
Aun así, es el campeonato y así se seguirá, aunque hay mucha falta de interés este
año comparado con los pasados. LSU y
Alabama se miden en un duelo del que
todos conocen quien merece ganar, y si no fuese así estaríamos ante un tongo
inducido por la BCS. Qué cosas más
locas y absurdas. Disfrutad.