Hay un record que ostentan los Tennessee Titans de esos que su poseedor no está muy orgulloso de
tenerlo. O puede que los Titans sean
de esos que no quieren olvidar lo malo pasado para poder aprender de ello. No sé,
no he llamado a Tennessee para
preguntar.
El record en cuestión, conseguido en 1994 por los entonces Houston
Oilers, es el de mayor derrumbe de un equipo de un año a otro. En 1993 el equipo tuvo un record de 12-4 y una visita a playoffs, pero en 1994 el
equipo tuvo un record de 2-14. El
detonante de todo radica en que esa visita a playoffs en 1993 termino
en desastre y que el dueño de los Oilers/Titans es el histriónico Bud Adams.
Los Oilers de 1993 estaban diseñados para ganar la Super Bowl. Bud Adams había decretado
el todo-o-nada. Llevaban desde 1987
entrando en playoffs, pero nunca
pasando de la ronda divisional. Broncos,
Bills o Bengals, siempre se les cruzaba alguien. Así que el dueño del
equipo, que tenía 70 años ya por entonces, exigió un Lombardi. La frase “el viejo
chochea” seguro que fue la más pronunciada en Houston.
La temporada regular no fue nada mala, como ya he dicho un
record de 12-4. El último partido del
año era en casa ante los Jets, con
la división ya ganada de forma matemática. Al descanso se produjo un incidente
tras un cruce de reproches entre Bud
Ryan y Kevin Gilbride, coordinadores
defensivo y ofensivo respectivamente. Bud
Ryan, el padre de Rex y Rob, pego un puñetazo a Gilbride y tuvieron que separarles
entre varios jugadores. Ganaron a Jets
24-0, pero ese incidente llevaba un
cartel gigante encima que decía “¡es una
señal!”.
Toca recibir a los Chiefs
en primera ronda de playoffs. En la
temporada regular les habían derrotado 30-0,
pero el QB de los Chiefs era Joe Montana, y en el último cuarto masacro a los Oilers. 28-20, empieza la purga. Warren
Moon, el único QB que conocían
los Oilers desde 1984, fue mandado a Minnesotta. Pusieron un puente de plata a Bud Ryan para fichar como HC
de los Arizona Cardinals. Bud Adams
cumplió su promesa descabezando al equipo. Decisión correcta o no, al menos no
podemos decir que iba de farol.
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Jugar sabiendo que si pierdes desmantelan el equipo debe ser duro |
La temporada 1993
fue un desastre más allá del record de 2-14
y el deshonroso record de mayor caída en picado. El QB llamado a suplir a Moon
fue precisamente su eterno suplente, Cody
Carlson. Duro 5 partidos, de los
que gano solo 1, antes de lesionarse
la espalda. Se acabaría retirando. Sorprendió que Bud Adams no se
cargase a su HC, Jack Pardee. No lo hizo al finalizar 1993, pero tras 10
partidos con solo 1 victoria Pardee dejo su cargo a disposición del
equipo.
Aquí viene la parte buena de la historia para los Oilers. Jeff Fisher seria el HC
de Titans los últimos 6 partidos, y los siguientes 16 años. ¿Y en el Draft de 1995? Ahí Steve McNair se convertiría en la cara
de los Oilers/Titans la siguiente década. Recogiendo la duda que tenia al inicio
del artículo, creo que los Titans no
van a olvidar lo malo pasado porque creo que les compenso pasados un par de
años. Eso creo.