11 julio 2013

Record de caída en picado

Hay un record que ostentan los Tennessee Titans de esos que su poseedor no está muy orgulloso de tenerlo. O puede que los Titans sean de esos que no quieren olvidar lo malo pasado para poder aprender de ello. No sé, no he llamado a Tennessee para preguntar.

El record en cuestión, conseguido en 1994 por los entonces Houston Oilers, es el de mayor derrumbe de un equipo de un año a otro. En 1993 el equipo tuvo un record de 12-4 y una visita a playoffs, pero en 1994 el equipo tuvo un record de 2-14. El detonante de todo radica en que esa visita a playoffs en 1993 termino en desastre y que el dueño de los Oilers/Titans es el histriónico Bud Adams.

Aquellos Oilers eran buenos, pero no lo suficiente


Los Oilers de 1993 estaban diseñados para ganar la Super Bowl. Bud Adams había decretado el todo-o-nada. Llevaban desde 1987 entrando en playoffs, pero nunca pasando de la ronda divisional. Broncos, Bills o Bengals, siempre se les cruzaba alguien. Así que el dueño del equipo, que tenía 70 años ya por entonces, exigió un Lombardi. La frase “el viejo chochea” seguro que fue la más pronunciada en Houston.

La temporada regular no fue nada mala, como ya he dicho un record de 12-4. El último partido del año era en casa ante los Jets, con la división ya ganada de forma matemática. Al descanso se produjo un incidente tras un cruce de reproches entre Bud Ryan y Kevin Gilbride, coordinadores defensivo y ofensivo respectivamente. Bud Ryan, el padre de Rex y Rob, pego un puñetazo a Gilbride y tuvieron que separarles entre varios jugadores. Ganaron a Jets 24-0, pero ese incidente llevaba un cartel gigante encima que decía “¡es una señal!”.

Toca recibir a los Chiefs en primera ronda de playoffs. En la temporada regular les habían derrotado 30-0, pero el QB de los Chiefs era Joe Montana, y en el último cuarto masacro a los Oilers. 28-20, empieza la purga. Warren Moon, el único QB que conocían los Oilers desde 1984, fue mandado a Minnesotta. Pusieron un puente de plata a Bud Ryan para fichar como HC de los Arizona Cardinals. Bud Adams cumplió su promesa descabezando al equipo. Decisión correcta o no, al menos no podemos decir que iba de farol.

Jugar sabiendo que si pierdes desmantelan el equipo debe ser duro


La temporada 1993 fue un desastre más allá del record de 2-14 y el deshonroso record de mayor caída en picado. El QB llamado a suplir a Moon fue precisamente su eterno suplente, Cody Carlson. Duro 5 partidos, de los que gano solo 1, antes de lesionarse la espalda. Se acabaría retirando. Sorprendió que Bud Adams no se cargase a su HC, Jack Pardee. No lo hizo al finalizar 1993, pero tras 10 partidos con solo 1 victoria Pardee dejo su cargo a disposición del equipo.

Aquí viene la parte buena de la historia para los Oilers. Jeff Fisher seria el HC de Titans los últimos 6 partidos, y los siguientes 16 años. ¿Y en el Draft de 1995? Ahí Steve McNair se convertiría en la cara de los Oilers/Titans la siguiente década. Recogiendo la duda que tenia al inicio del artículo, creo que los Titans no van a olvidar lo malo pasado porque creo que les compenso pasados un par de años. Eso creo.

08 julio 2013

Una carrera encapsulada en un fumble

Intentamos resumir siempre las cosas en una pequeña capsula. Hacemos reseñas de partidos, buscamos fotos que capturen historias, ponemos portadas a los libros, caratulas a los discos, y esas cosas. Si vamos a resumir la carrera de un jugador buscamos un momento, un partido o una jugada. El momento más importante de su carrera, que no tiene porque ser el más significativo. Preguntar si no a Earnest Byner que opina de esto.

Byner hizo carrera en la NFL como RB. Debuto en 1984 con los Cleveland Browns, paso por los Washington Redskins, volvió a Cleveland y se retiro en los nuevos Baltimore Ravens en 1997. 14 temporadas, 2 de ellas premiadas con un hueco en la Pro Bowl, cuando aquello significaba algo. Su cualidad más especial quizás era su contribución al juego aéreo como receptor desde el backfield. En el momento de su retirada figuraba en el puesto 16 del histórico de yardas de carrera.

Pero a Byner se le recuerda por una jugada en la que él no sale muy bien parado en la foto. Ocurrió en el partido por la AFC de la temporada de 1987. Broncos contra Browns, las 2 potencias de la AFC esos años. Una reedición del partido del año anterior, en el que John Elway llevo a los Broncos a empatar el partido, forzar prorroga y consecuentemente ganar la AFC, en lo que se conoce como The Drive. Este año la jugada que daría la AFC a Broncos se conoce como The Fumble.

187 yardas, 2 TDs... y un fumble


Los Broncos ganaban de 7, pero los Browns están en la yarda 8 de Denver a 1:21 del final. Byner se encamina hacia la goal line, pero Jeremiah Castille, DB de Broncos, le roba el balón y lo recupera en la yarda 2. Browns pierden y Byner queda eternamente estigmatizado. Esa imagen es más potente que las declaraciones del HC de Browns, Marty Scottenheimer, afirmando que el WR Webster Slaughter falló en su bloqueo y dejo a Castille solo. Y más potente que su ficha en ese partido antes del fumble, que era de 187 yardas totales y 2 TDs.

Esa imagen era muy potente, y Byner duro solo 1 año más en Cleveland antes de ser traspasado a precio de saldo a Washington. Allí se desquitaría de sus demonios, anotando un TD y ganando la Super Bowl XXVI con los Redskins. Tras su retiro los Ravens le ofrecieron seguir en su staff técnico como RB Coach. Y desde entonces ha ido entrenando backfields bastante exitosos como ese de Ravens, el de Redskins, el de Titans, el de Jaguars y actualmente el de Buccaneers.


Si buscas a Byner la foto que te sale es la de ese balón perdido, y es totalmente comprensible. Pero que los arboles no nos impidan ver el bosque. 

 
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