Bueno, hay que remangarse para hablar del partido. De ese
partido. Si, ya sabéis cual es, todos lo visteis. Y hay tanto de lo que hablar…
La imagen del partido es Tony Romo tirado en el suelo, con la clavícula rota, tras recibir
un sack que acabo en fumble y balón perdido.
Los Cowboys se van a tirar 2 meses mínimo
sin su QB1, el segundo plato de un
mal menú que empezó con la lesión de Dez
Bryant la semana pasada. No estaba siendo el mejor partido de Romo, y del ataque. Hasta entonces,
mediado el 3rd qrt, el partido estaba
dominado por las defensas y los STs,
y así fue hasta el final. Y en este duelo de defensas, fue la de Cowboys la mejor, con Sean Lee en plan imperial. Y así
enlazamos con la otra historia del partido.
El ataque de Eagles
fue un autentico ridículo. Y la cara de muñeco de cera de Chip Kelly en la banda, era como del que no sabe qué hacer y tiene
ganas de irse para casa a dormir. El TD
de Demarco Murray a pase de Sam Bradford llego con el partido cerrado, un Murray que acabo el partido con 2 yardas de carrera en 13 intentos. Un total de 7 yardas de todo el equipo, con Sam Bradford como el que más consiguió,
algo más que significativo. Y con sus 2 INTs,
en un partido horrible. ¿Os acordáis de aquel ataque imparable de Eagles? Yo tampoco.
Quiero destacar el festival total de Cardinals en Chicago,
mientras los Bears veían a Jay Cutler abandonar el partido
lesionado, tras lanzar una INT. En Chicago ya pueden in preparándose para
una larga travesía por el desierto tras ver a Carlson Palmer lanzar 4 TDs
(3 a Larry Fitzgerald) y al dúo Johnson
(Chris y David) dominar a la línea y los LBs.
Cards me dan tantas buenas
vibraciones, como malas me dan los Bears.
Muchas victorias sorpresa, y muchas correspondientes
derrotas, que en algunos lados empiezan a preocupar. Buccaneers ganaron a Saints
en New Orleans, en un buen partido
de Jameis Winston, y mejor partido
de una defensa liderada como no por Lavonte
David. Y mientras en Saints se
preguntan qué hacer para cambia el rumbo de un ataque que no espabilo hasta el último
cuarto, cuando ya era tarde.
Victoria sorpresa de Vikings,
ante unos Lions que ya se empiezan a
caer de las quinielas, arrastrados por un ataque que no encuentra ningún equilibrio.
Entre que la carrera no funcionaba, y que el playcalling decidió prescindir de ella, se juntaron el hambre con
las ganas de comer. Matthew Stafford
se vio obligado a lanzar 52 veces, y acabo
el partido con dolores en las costillas. Mala señal de tiempos que creían pasados
en Detroit.
Rams parecían tan
buenos tras la semana pasada, que la derrota en Washington les ha dejado fríos, y a mí, y a muchos que los metíamos
en el grupo de equipos bien encaminados. Yo veía a esa defensa tirando del
equipo a la perfección, y no rindiendo 123
yardas y 2 TDs ante un rookie RB, Matt Jones.
Y en el turno de noche, casi de la manita, vimos ganar a Raiders y Jaguars, ambos en casa, ambos al final, y ante equipos que empezaban
el año con otras miras. Miras que no incluían ser vapuleados por un grupo de jóvenes
como Derek Carr y Amari Cooper en Oakland, y Blake Bortles y TJ Yeldon en Jacksonville.
Y en el caso de Ravens, ya se
encuentran 0-2.
0-2, como los
mencionados Lions, Saints o Eagles. Y como los Giants
tras caer ante Falcons en casa, o Seahawks tras apagarse en el último
cuarto en Green Bay. ¿Es hora de
apretar el botón del pánico? ¿Pasara lo mismo esta noche en Indy ante Jets?
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